Utilizar estos esquemas de uso común no le quita originalidad a la música. Dos composiciones basadas en el mismo esquema de acordes pueden sonar muy distintas porque en la música intervienen muchos otros detalles que hacen a una composición única. Por ejemplo:
- El instrumento o instrumentos con los que se toca, y la forma de combinar esos instrumentos.
- La melodía que elaboremos sobre ese esquema de acordes
- El ritmo con el que toquemos los acordes, el ritmo que le demos a la melodía, la combinación que creemos entre el ritmo de la melodía y de los acordes
- Las veces que repitamos ese esquema de acordes o los otros esquemas de acordes con los que lo combinemos, que lo hagamos sonar antes o después, lo que se conoce como forma musical.
- Hoy en día, con las posibilidades de la grabación digital, también se pueden modificar detalles de producción que afectan al timbre y la cualidad del sonido que escuchamos.
Por ejemplo, estas cuatro composiciones están basadas todas en el mismo esquema de acordes, la Romanesca, y, sin embargo, suenan muy diferentes entre sí.
- Pachelbell (fecha de composición desconocida, entre 1680 y 1706) Canon en Re Mayor (Desde el comienzo)
- Chopin (1830) Estudio para piano nº 5 en Sol b M (Desde el comienzo)
- Mecano (1986) Me cuesta tanto olvidarte (Desde el comienzo)
- Aerosmith (1993) Cryin' (0:14)
- Madeon (2015) La lune (0:07)
Como los esquemas de acordes son la base de la mayor parte de las composiciones, y se repiten muy a menudo en muchas composiciones, no se considera plagio emplearlos. Sin embargo, las melodías sí se consideran únicas y, utilizar en una canción una melodía de otra canción, sí se considera plagio.